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Santas Perpetua, Felícitas y compañeros Mártires de Cartago. Animación / película Perpetua, Felícitas y Compañeros Mártires. Héroes de nuestra Fe Durante la persecución del emperador Severo, fueron …Más
Santas Perpetua, Felícitas y compañeros Mártires de Cartago.

Animación / película
Perpetua, Felícitas y Compañeros Mártires. Héroes de nuestra Fe
Durante la persecución del emperador Severo, fueron arrestados en Cartago cinco catecúmenos el año 205. Eran estos Revocato, Felícitas (su compañera de esclavitud, que estaba embarazada desde hacía varios meses), Saturnino, Secúndulo y Vibia Perpetua. Esta última tenía 22 años de edad, era madre de un pequeñín y tenía buena posición. A estos cinco se unió Sáturo quien les había instruido en la fe y se negó a abandonarles.
Según las actas: "El día del martirio los prisioneros salieron de la cárcel como si fuesen al cielo... La multitud, furiosa al ver la valentía de los mártires, pidió a gritos que les azotaran; así pues, cada uno de ellos recibió un latigazo al pasar frente a los gladiadores." Sáturo fe echado varias bestias que no le dañaron. Al fín "un leopardo saltó sobre él y le dejó cubierto de sangre en un instante. La multitud gritaba: '¡Ahora sí está bien bautizado!' El mártir, ya agonizante, dijo a Pudente: '¡Adios! Conserva la fe, acuérdate de mí, y que esto sirva para confirmarte y no para confundirte.' Y, tomando el anillo del carcelero, lo mojó en su propia sangre, lo devolvió a Pudente y murió. Así fue a esperar a Perpetua, como esta lo había predicho."
"Perpetua y Felícitas fueron arrojadas a una vaca salvaje. La fiera atacó primero a Perpetua, quien cayó de espaldas; pero la mártir se sentó inmediatamente, se cubrió con su túnica desgarrada y se arregló un poco los cabellos para que la multitud no creyese que tenía miedo. Después fue a reunirse con Felícitas que yacía tambien por tierra. Juntas esperaron el siguiente ataque de la fiera; pero la multitud gritó que con eso bastaba; los guardias las hicieron salir por la Puerta Sanavivaria, que era por donde salían los gladiadores victoriosos. Al pasar por ahí, Perpetua volvió en sí de una especie de éxtasis y preguntó si pronto iba a enfrentarse con las fieras. Cuando le dijeron lo que había sucedido, la santa no podía creerlo, hasta que vio sobre su cuerpo y sus vestidos las señales de la lucha. Entonces llamó a su hermano y al catecúmeno Rústico y les dijo: 'Permaneced firmes en la fe y guardad la caridad entre vosotros; no dejéis que los sufrimientos se conviertan en piedra de escándalo'. Entre tanto la veleidosa muchedumbre pidió que las mártires compareciesen nuevamente; así se hizo, con gran gozo para las dos santas. Después de haberse dado el beso de la paz, Felícitas fue decapitada por los gladiadores. El verdugo de Perpetua, que estaba muy nervioso, erró en el primero golpe, arrancando un grito a la mártir; ella misma tendió el cuello para el segundo golpe. 'Tal vez porque una mujer tan grande... sólo podía morir voluntariamente".